La Salsoteka es una tradición que arropa a Cali desde la década de los 50, cuando llegaban los primeros brotes del son antillano y algunas corrientes latinas provenientes de Nueva York. Una Salsoteka se caracteriza por ser un lugar pequeño y acogedor, más que todo se dio por allá en los años 70, cuando alguien quiso colocar melodia para amenizar un rato de buenas cervezas y charla con los amigos. En ese momento era un sitio de reunión, para tertuliar escuchando y hablando de salsa y guateque.
Las salsotekas no morirán, porque “la ventaja que se tienen es que podemos darnos el lujo de aguantar esos chapuzones de bachata, reggaetón, lambada y merengue, aun así, las nuevas generaciones son las que están siendo atraídas hacia estos establecimientos para rememorar el ayer que cautivó a sus padres, “los jóvenes siempre se han involucrado con la salsa, curiosamente, se ha generado un gusto en los muchachos por coleccionar acetatos a pesar de que existe una brecha generacional amplia. En los últimos años se ha despertado el “renacer del vinilo” la juventud asiste con ellos a las audiciones y los rumbiaderos, pero admite que coleccionarlos se está convirtiendo en una moda y en una forma de adquirir estatus en sus círculos sociales que se ha disipado porque “muchos de los coleccionistas han muerto y sus LP han ido a parar al comercio”.
De lo que si estamos seguros, es que, salsotekas hay para rato, porque todas brindan a sus fieles asistentes y a otros jóvenes curiosos, un viaje a la otrora Cali que degustaba de las composiciones de La Fania, así como de las pachangas, guateques y mambos, por nombrar solo algunos.
BIENVENIDOS A LA SALSOTEKA DE PABLO |
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